AÑO 2016
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“Es el petróleo, estúpido”por Félix HerreroAbogado y Licenciado en Economía 8 de enero de 2017más información...

Lucha y Esperanzapor Julián PilattiEstudiante de periodismo de la Universidad Nacional de La Plata 8 de enero de 2017más información...

Soja, inundaciones y Plan Belgrano (III)por Pedro Perettiex Director Titular de la Federación Agraria 22 de noviembre de 2016más información...

Aportes a la cuestión energética en la Argentina actualpor Laura García Vázquez y Omar Gómez 31 octubre de 2016 más información...

Balance del progresismo en América Latina: virtudes y límitesTranscripción de la intervención de Claudio Lozano dentro del ciclo ¿Cómo seguimos? La construcción política ante la nueva etapa 4 de octubre de 2016más información...

40 Años
La Memoria De Un Pueblo
por Laura García VázquezArtista Visual y Profesora de Arte 28 de septiembre de 2016más información...

La Unidad En La  Acción Va Haciendo Historiapor Jorge CardelliLicenciado en MatemáticasDocente 22 de septiembre de 2016más información...

TRATADO TRANS PACÍFICO
Una amenaza letal
por Alcira ArgumedoSocióloga, docente e investigadora del Conicet. Diputada Nacional por Proyecto Sur15 de septiembre de 2016más información...

Brasil y la NUEVA GRIETA Latinoamericanapor Modesto GuerreroPeriodista venezolano radicado en Argentina13 de septiembre de 2016más información...

Argentina pagó Cupón PBI un 30% más de lo que correspondíapor Claudio LozanoEconomista12 de septiembre de 2016más información...

Copensar el cuerpo, una forma de compensarpor Gabriela Lima ChaparroProfesora e intérprete de lengua de señas. Psicóloga social. Fotógrafa1 de septiembre de 2016más información...

Tarifas de gas. Fallo de la Corte
Aspectos centrales
por Gustavo LahoudLic. en Relaciones Internacionales de la Universidad del Salvador (USAL)1 de septiembre de 2016más información...

Estanflación neoliberalpor Francisco CantamuttoDoctor en Investigación en Ciencias Sociales, mención en Sociología (FLACSO México)1 de septiembre de 2016más información...

Discutir los Efectos Para Encubrir las Causaspor Félix HerreroAbogado y Lic. en Economía28 de agosto de 2016más información...

San Martín, el Gran Estratega Político y Militar
en homenaje al 17 de agosto de 2016
por Félix HerreroAbogado y Lic. en Economía17 de agosto de 2016más información...

¿Por Qué Recordar a Una Figura Histórica del Siglo XIX en el Siglo XXI?
A Propósito del Gral. José De San Martín
por Pablo NavasUniversidad Nacional de la Patagonia Austral. Doctor en historia por la Universidad Nacional de La Plata17 de agosto de 2016más información...

José de San Martín y Simón Bolívar
Libertadores Latinoamericanos
por Laura Gracía VázquezArtista Visual y Profesora de Arte17 de agosto de 2016más información...

Acerca de la Justiciapor Silvia Baffigi9 de agosto de 2016más información...

Contra la Nación y sus Juristas
Memoria, Verdad y Justicia
por Pablo Martín Perez LedesmaAbogado7 de agosto de 2016más información...

Martino
Deforestación e Inundaciones
por Pedro Perettiex Director Titular de la Federación Agraria6 de agosto de 2016más información...

Allen: Ciudad Destinada al  Sacrificio
Peras, Manzanas, Gas y Petróleo
por Marcela EscobarCorredor Público2 de agosto de 2016más información...

Conductas Paralelaspor Félix HerreroAbogado y Lic. en Economía28 de Julio de 2016más información...

Cambiamos de Prioridades Externaspor Francisco J. CantamuttoDoctor en Investigación en Ciencias Sociales, mención en Sociología (FLACSO México)27 de Julio de 2016más información...

Energía
Prioridad Máxima
por Omar GómezTécnico Superior Psicología Social25 de Julio de 2016más información...

Argentina en la Alianza del Pacífico
Algunas consideraciones
por Gustavo LahoudLic. en Relaciones Internacionales de la Universidad del Salvador (USAL)22 de Julio de 2016más información...

Acampe por el Bicentenario de la Verdadera Independenciapor Patricia MachadoComunera MC19 de Julio de 2016más información...

Tarifazo
La Salida No Es Individual, Es Un Trabajo Colectivo
por Viviana RosasProfesora de inglés15 de Julio de 2016más información...

El Detalle… de la Historiapor Pedro Perettiex Director Titular de la Federación Agraria12 de Julio de 2016más información...

Independencia Pendiente
Un 24 de Marzo de 1816
por Omar GómezTécnico Superior Psicología Social9 de Julio de 2016 más información...

Malvinas Argentinas, 34 Años, la Misma Necesidad de Recuperarlaspor Omar GómezTécnico Superior Psicología Social2 de abril de 2016más información...

40 Años
La Misma Necesidad de Liberación
por Laura García VázquezArtista Visual y Profesora de Arte24 de marzo de 2016más información...

 

 

Pensar la libertadpor Silvina EvangelistaLicenciada y Profesora de Filosofía graduada en la Universidad Nacional del Sur 18 de octubre de 2016 Silvina EvangelistaPara conquistar la libertad humana, tenemos que romper con el Edipo y apartarnos del fascismo. Algo así dicen Deleuze y Guattari en el Anti-Edipo y el planteo, en principio, parece claro. Por un lado, se refieren a que rompamos con las normas que nos dictan la escuela, la iglesia, la familia, la sociedad; y por el otro, nos sugieren que nos apartemos del deseo de poder, que implicaría someter y someternos a la voluntad de un otro (situación en la cual el deseo de ese otro anularía el propio deseo). Sin embargo me llama poderosamente la atención la idea de que a la libertad haya que conquistarla. ¿Por qué conquistarla? ¿Qué significa o qué implica? Siguiendo a estos autores, se pueden enumerar tres acciones relacionadas con esta conquista de la libertad: borrarse, experimentar y hacer rizoma. Borrarse tiene que ver con desdibujar los límites de la especie a la que pertenecemos, borrarnos de la categoría que nos impone la sociedad a través de matrices identitarias (como ser hombre, mujer, profesional, adulto, extranjero). Esto significa básicamente, borrarnos de lo que llamamos identidad, cuando la entendemos como formada por contornos fijos. Experimentar, por su parte, tiene que ver con la idea de Spinoza de que “nadie sabe lo que puede un cuerpo”. Porque un cuerpo tampoco puede definirse por su pertenencia a una especie, sino por los afectos de los que es capaz, por el grado de su potencia, por los límites móviles de su territorio. La idea es que no se puede saber de lo que un cuerpo es capaz antes de que se ponga en acción, es decir, antes de la experiencia. Y por último, hacer rizoma quiere decir no echar raíces en lo dado, en lo establecido (parece que otra vez la identidad nos condiciona). Esto implica hacernos mundo, buscando las conexiones que nos convienen. Para conquistar la libertad entonces, nos borramos, experimentamos y hacemos rizoma. Es interesante aclarar que la imagen del rizoma permite poner en cuestión la lógica binaria, permite romper con el dualismo, porque el rizoma no abandona su territorio para ocupar otro sino que, conecta nuevos territorios y los invade con su color, con sus formas. Aparece otra vez la idea de la conquista. Y es que la libertad ¿estaría en otro lugar? La libertad ¿sería un territorio por conquistar? Y me pregunto una vez más, ¿en qué consiste esa conquista? El ser humano tiene la capacidad de transformar; transforma la naturaleza, en tanto puede arrancarle a ella las determinaciones para hacer de éstas acontecimientos de la historia: comer, amar, dormir, morir. Esto es que el ser humano transforma los fines naturales en fines culturales, y lo que hace es volverlos infinitos. Decir “te amo” en lugar de “te deseo” es proponer una tarea infinita, entonces ya no se presenta como algo por realizar (algo así también dicen los autores mencionados). ¿Cómo pensar a partir de esto la noción de libertad en el contexto del mundo contemporáneo? Me gusta la idea de Toni Negri y Michael Hardt de caracterizar a los habitantes de las ciudades contemporáneas en términos de “multitud”. Porque una multitud puede ser concebida como una red, abierta y expansiva, en la cual las diferencias puedan ser expresadas libre e igualitariamente. Y es importante distinguir esta noción de “multitud” –desde un nivel conceptual- de otras nociones de sujetos sociales como “pueblo”, “masa” o “clase”. Porque la multitud es muchos, en la multitud conviven diferentes culturas, razas, orientaciones sexuales, diferentes formas de trabajo, diferentes modos de vivir, diferentes visiones del mundo, diferentes deseos. La multitud es una multiplicidad de todas esas diferencias singulares. En la multitud las diferencias permanecen diferentes, la multitud es multicolor –dicen-. Me parece interesante el desafío que impone el concepto de multitud: el de una multiplicidad social que tienda a comunicarse y actuar en común, pero conservando las diferencias internas. Esto es que, la multitud no es una identidad –como lo es el pueblo-, ni es uniforme –como son las masas-. Las diferencias internas de la multitud deben descubrir lo común que les permite comunicarse y actuar juntos. Pero lo común, no es algo dado y por lo tanto no puede ser descubierto; entonces lo común es algo producido. ¿Podremos pensar la libertad en este sentido? ¿De qué libertad estamos hablando? ¿De una libertad individual o de una libertad común? ¿Cómo producir libertad? Lo político está presente en este discurrir conceptual, lo político que rápidamente se mezcla con lo económico, lo social y lo cultural. El deseo de democracia es el deseo de libertad. ¿Cómo pensar entonces la libertad? ¿Podemos pensarla como deseo? Y todo el tiempo estoy pensando en las comunidades y las identidades en el contexto de la ciudad contemporánea. En un mundo en el que convivimos con miradas, entre imágenes. Porque es a través de la mirada que nos acercamos al mundo y nos relacionamos con él. Básicamente producimos un modo de mirar que a su vez es compartido con el conjunto de personas con las que coincidimos en nuestro modo de percibir y sentir la alteridad del mundo. Ahora bien, sin embargo hay una mirada que prevalece, y es la mirada homogénea de la modernidad; un modo de ver dialectizado, en tanto nuestra imagen y la del otro siempre se nos opone. Y es que ¿podremos escapar de esta lógica binaria? ¿Cómo escapar de las matrices identitarias que nos imponen perfiles sociales, sexuales, políticos y culturales, matrices que nos imponen incluso un modo de ser libres? Y cuando pienso en la libertad no estoy pensando tanto en lo que sea, sino más bien en cómo pensarla, cómo desearla, cómo ponerla en acción; en definitiva estoy pensando en cómo vivirla.¿Somos capaces de esto? ¿Somos libres? Y en este caso ¿libres de qué o para qué? ¿Podemos no ser libres? Más allá de todo condicionamiento -en términos de lo que plantea Suely Rolnik-, más allá de toda imposición, de toda opresión, de toda violencia, por un lado el mundo nos ofrece toda una producción estandarizada de subjetividades (las que están en relación a la libertad, a un modo de ser sujetos libres), que pone a disposición del “consumidor” (ese seríamos nosotros). Pero, por otro lado, estaría el modo que tenemos de vivir esa subjetividad. Este modo oscila entre dos extremos: podemos establecer una relación de alienación y opresión, esto es someternos a la subjetividad tal como la recibimos, o podemos establecer una relación de expresión y de creación, en la cual nos reapropiamos de los componentes de la subjetividad, produciendo un proceso de singularización. Si entendemos que la constitución subjetiva es una tarea propia, es decir que nosotros mismos creamos nuestro modo de existencia y nuestras posibilidades de vida, podemos hablar entonces de una subjetividad expresiva, que como tal no adviene, no se fija ni acontece, sino que ella misma es el acontecimiento. Y para ir terminando se me ocurre otra pregunta: ¿Podemos pensar la libertad en este sentido, es decir como acontecimiento? El acontecimiento es eso que desborda los límites del sistema comprensivo preexistente. Hay acontecimiento sólo si hay una fuerza que lo produce y de la cual es síntoma. A su vez, un acontecimiento no se define únicamente por lo que significa sino por la dirección en la que apunta. Y ¿hacia dónde apunta? Si “todo acontecimiento es una llovizna” dice Deleuze. Yo, entonces, prefiero no hablar de conquistar la libertad, porque esto implicaría conseguir el dominio y el control de un territorio. En este punto me alejo –no sé si mucho o poco- de los autores citados y me hago una última pregunta: ¿La libertad se construye? Creo que la común sí, mientras que la individual simplemente irrumpe o sucede.

 

SI SOMOS LIBRES, TODO NOS SOBRA